¡Pero hace cuánto tiempo que no te veía! Te noto diferente, ¿acaso has cambiado tu peinado? Bueno, me gusta mas así, te queda muy bien. Mira que sorpresa me has dado, cuando recibí tu mensaje sinceramente no creí que fueras a venir, al mirarte por la ventana supe que hablabas en serio.
Tenías muchos días diciendo y diciendo que me querías dar un regalo, tal vez meses. Y ahora, de la nada llegas. En la mañana, cuando me dijiste que te encontrabas cerca, sinceramente te evité y no fui hacia dónde estabas. Pero, al parecer, eres más terco que el destino, que hasta a mi casa llegaste a parar.
Me da mucho gusto verte, aunque como de costumbre, no te saludo. Un simple vicio que tengo para incomodarte. He cambiado, y noté que me comportaba diferente a como de costumbre, era más amable contigo y te miraba diferente a los ojos. A veces, como siempre, siempre lo hago y no me gusta para nada; con ese tinte de arrogancia en la mirada y ese orgullo altanero que hace tu voz temblar y tu mirada caer. Pero me encanta ponerte nervioso.
Me platicaste de cosas mundanas, conversaciones sencillas pero que siempre encierran una gran profundidad aunque ‘’no te des cuenta’’. Me gustó mucho verte el día de hoy, tenía muchas ganas de estar contigo de nuevo aunque no lo aceptara. Me encanta ver tu cara, de sonrisa infantil, sincera y mirada alegre e inocente. Que esconden muchísimo sufrimiento detrás, y una vida llena de amargos antecedentes.
Como siempre, me hacías reír, tanto o más que otras veces, porque esta vez no me encontraba tan a la defensiva que en otras ocasiones. Ahora, simplemente me dejaba llevar y disfrutar de tu presencia. El helado clima y el vapor que salía de nuestra respiración era un motivo de diversión y eso no impidió que estuviéramos largas horas conversando sentados en el asiento de tu motocicleta y más tarde hasta tirados en la banqueta.
Me acordé mucho de antes, cuando recién nos conocimos. Cuando hice sufrir a personas que quería tanto solamente para estar contigo. Cuando tantas veces dejé lo que consideraba correcto para escaparme a tu lado y sentir la adrenalina. Recordé todos esos castigos y todos esos lugares que recorrimos sin que nadie supiera. Me enseñaste trucos de magia, me enseñaste a reparar un automóvil, te miré en tus mas alterados estados de conciencia y aunque siempre terminara enojada y sin querer saber nada de tí, siempre estaba ahí, cuidándote desde lo lejos, siempre desde muy lejos; para que pensaras que no me importabas.
Muchas gracias por mi regalo. Siempre has sabido exactamente qué me gusta, aunque tu digas que no. Sabes que debajo de mi aura de orgullo se esconde una niña pequeña, que se emociona cuando le cuentan una historia y que aunque es difícil hacerla reír, siempre está esperando que le cuenten un nuevo chiste.
Debajo de la imagen de tonto que te gusta crearte, se esconde una mente demasiado lista, tan listo eres; que siempre sabes encontrar mi punto débil. Por ejemplo ahora, que me recordaste viejos tiempos, que me regalaste tu aroma en un juguete de fieltro, que te sabes ganar mi corazón siempre aunque jamás te lo haya demostrado más que unas cuántas veces.
Al final, a los dos nos costó mucho trabajo despedirnos. Fue como los viejos tiempos ¿recuerdas? Que no queríamos que pasara el tiempo.
Hace más del año y medio que inició y finalizó nuestra historia, pero al parecer no importa el tiempo, no importa lo que pase, tú la quieres seguir escribiendo. Y me agrada eso, porque aunque no quiera, yo también quiero que continúe.
Me dejaste muy preocupada, ¿a quién se le ocurre irse en un camino tan largo a oscuras? Estás loco mi amigo, o lo que sea que seamos. Afortunadamente ya me dijeron que llegaste con bien a casa.
Al despedirnos, sinceramente no sabía qué hacer. Ni tú tampoco. Con un abrazo tan corto como el destello de un trueno, sentí como todo aquél cariño regresaba de nuevo. En mi oído sentí tu voz que vibraba al desearme un melancólico ''Felíz Navidad''. Y como después te alejabas entre el polvo, la brisa y la oscuridad.
Por favor, no quiero verte pronto. No quiero sufrir de nuevo, aunque tu digas que has cambiado y que tus hábitos también. Por favor, vete antes de que vuelva a tu lado, y vuelva a sufrir tanto como antes… Por favor vete, que no me quiero enamorar otra vez de tí.

No hay comentarios:
Publicar un comentario