Siempre me han llamado mucho la atención las personas desconocidas, las personas extravagantes, de mirada solitaria y muchas historias por contar.
Sobre todo, me encanta registrar y escribir mis encuentros con esas personas. ¿Por qué? No lo sé, pero si en este momento me pusiera a indagar en los archivos de mi celular, en el que me la paso escribiendo noche y día después de haber vivido una situación que considero importante, me encontraría con cientos y cientos de relatos; del desconocido que se ofreció a pagar mi pasaje, del niño que me miraba cuando cruzaba la carretera, de la joven que conocí en el mercado y se convirtió en mi amiga, etc. El mundo, y sobre todo su gente y su forma de pensar es de lo más interesante que puede existir. ¿Qué pensarán? ¿Qué vivirán? No lo sé, y no me incumbe. Pero aún así jamás se me podrá quitar mi manía de hacerle plática a los extraños y, curiosamente, que los extraños se acerquen a mí.
Nunca me he considerado alguien necesariamente convencional, pero ¿Qué mas dá? NADIE, absolutamente NADIE es convencional, así que, ¡Para qué estresarnos tratando de encajar! Vivamos, y seamos nosotros mismos siempre.
Nunca sabes a qué intento de escritora loca te encontrarás en la calle, nunca sabes que podría escribir sobre ti.
jueves, 1 de diciembre de 2011
La Curiosidad
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