Quiero escribir, pero no se sobre qué, la inspiración no llega. Me pongo a leer, pero mi mente no se concentra, piensa en cualquier cosa menos en las letras. Trato de dibujar, pero no logro más que unos simples garabatos: una mano, un ratón y una nariz.
Así que trataré de escribir acerca de mi aburrimiento y mi aparente desconexión con el mundo. Nada me llena, siempre tengo hambre. Nada me entretiene, todo me parece incompleto. No termino nada porque simplemente no me apetece. Por más que tomo agua nunca sacio mi sed y unas lágrimas irracionales quieren escapar de mis ojos desde hace varios días, semanas, meses…
No quiero escribir preguntas para siempre responderlas como comúnmente lo hago, porque estoy cansada de hacer siempre las mismas cosas. Incluso en éste momento me pregunto si tiene algún sentido escribir todo esto, si tiene algún sentido siquiera pensar en que esto tiene un sentido. Pensar si el sentido sobre éste sentido tiene algún sentido, alguna lógica, alguna respuesta o por lo menos alguna pregunta, al menos así me mantendría ocupada tratando de hacer algo. Pero sé, que a como están las cosas duraría 5 minutos buscando la respuesta y lo olvidaría, para recordarla días después y no saber cuál era la pregunta inicial.
Cada día pienso: hoy montaré a caballo, hoy tiraré con el rifle e imaginaré que le doy fin a todas aquellas personas que me han aniquilado en alguna circunstancia de mi vida; es cuando tengo la mejor puntería. Aunque lo único que pasa es que trato de escribir, pero no sé sobre qué, me pongo a leer pero mi mente no se concentra, trato de dibujar pero no logro más que unos simples garabatos: una mano, un ratón y una nariz.
- M. Zérega
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