Y por un momento por una distracción se encontraron cara a cara, se miraron; y siguieron su camino.
Una sensación de explicación muy extraña.
Una sensación de explicación muy extraña.
Al final, se observaron el uno al otro caminando cada quien por caminos opuestos, perdiéndose en la oscuridad de la noche, volteando eventualmente para no perderse de vista.
Jamás cruzaron palabras. Mientras la luz eléctrica de aquél neón se fundía y todo se sumía en tinieblas.

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