martes, 19 de abril de 2011
El poder de extrañar.
Éste no es mas que uno de esos momentos de desesperación reprimida, donde ya fué demasiado sonreir para reprimir la agonía, cuando la presa de el corazón ya se inundó de lágrimas estancadas y las empieza a liberar. Acostada en mi cama, abrazada a mi almohada con muchas ganas de llorar; repitiendo mil y una veces el recuerdo de el amor, repitiendo, repitiendo, golpeando cada vez más la herida. Jamás imaginé extrañar tanto a alguien, jamás imaginé que era el amor; y jamás imaginé que fuera tan fuerte. Jamás imaginñe extrañar tanto la mirada de alguien, tratando de reconstruir el aroma y la textura de su piel. Quisiera correr, lo mas rápido que me permitieran mis piernas, correr hacia tí, correr a tus brazos y jamás, jamás, jamás irme de tu lado. Contigo me siento completa, siento mi otra mitad, la combinación perfecta entre amor y complicidad. No sabes cuanto daría por volver a ver una sonrisa tuya, tomar tus manos, y escuchar la suave música de tu voz. No existe momento mas felíz en el mundo, que aquel cuando el universo se detuvo, cuando encontramos nuestras miradas por primera vez. Y no existe manera mas perfecta de decir te amor, no hay manera mas perfecta en la que me puedas demostrar tu amor; no te preocupes, la disrancia es sólo otro método mas que utiliza el destino para hacernos mas fuertes todavía. No te preocupes, pues estoy completamente segura que nuestras almas ya se conocían desde el principio de los tiempos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario